La disolución del matrimonio puede ser difícil para una familia, y aún más si se trata de bienes raíces. Hay leyes complejas que rodean el divorcio y los bienes raíces que agregan tensión no deseada en una situación que ya es estresante. Para una pareja, su hogar probablemente sea su mayor activo. Teniendo en cuenta el clima económico actual, muchas parejas tienen más capital en su casa que en sus cuentas corrientes o de ahorro. Por eso se ha convertido en un tema tan problemático en el divorcio.
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Recopilación de información
Hay una serie de cuestiones que deben tenerse en cuenta al determinar cómo se deben dividir los bienes raíces después de un divorcio. En la mayoría de los casos, la propiedad inmobiliaria es propiedad de ambos cónyuges; por lo tanto, se requiere que cada cliente identifique tantos detalles como sea posible en relación con los bienes raíces compartidos. Esto incluye la historia y la adquisición del territorio, la fuente de los fondos utilizados para comprar la propiedad inmobiliaria, las mejoras realizadas a la propiedad y los artículos que contiene, los gravámenes vigentes, el título y el valor de cada pieza.
Determinación del valor
Es necesario determinar primero el valor de la propiedad en cuestión. Si las partes no pueden llegar a un acuerdo, existen algunas formas diferentes de determinar el valor.
Valor tasado de impuestos: estos valores son generalmente más bajos que el valor real, a veces hasta entre un diez y un veinte por ciento. Por lo general, no se le da mucho peso en los tribunales.
Tasador: Este es un servicio que generalmente costará alrededor de $ 300 a $ 400 dólares, pero es la forma más rentable para la mayoría de realizar la valoración de mercado.
Agente de bienes raíces: Esto es menos confiable que una tasación pero más confiable que el valor tasado de impuestos. Sin embargo, generalmente no cuesta mucho que un agente de bienes raíces realice la valoración de bienes raíces, lo cual es atractivo para la mayoría de los clientes.
Determinación de la equidad La
determinación de la equidad puede ser compleja, considerando que la división equitativa de los bienes raíces se basa en los respectivos intereses equitativos de cada parte en esos activos. En general, la equidad se determina restando los gravámenes contra la propiedad del Valor Inmobiliario. Los gravámenes incluyen cualquier cosa, desde segundas hipotecas hasta préstamos garantizados contra la propiedad, incluidas las hipotecas.
División de los activos
Es importante reconocer que todos los activos se consideran parte del patrimonio conyugal a menos que se demuestre lo contrario mediante una "preponderancia de la evidencia". Esto coloca una carga significativa sobre cualquier persona que haga un reclamo fuera del matrimonio. Es por eso que es vital que se proporcionen todos y cada uno de los documentos, incluidos los documentos de título, recibos o cheques cancelados que respalden sus reclamos no matrimoniales, o el activo se dividirá en el divorcio.
Si la propiedad se otorga a una de las partes, la otra parte debe ser compensada por su parte del patrimonio conyugal. Esto se puede hacer adjudicando otros activos, refinanciando la hipoteca o cancelando la acción a lo largo del tiempo. Si no se puede dar nada para igualar la división de activos, se pueden vender los bienes raíces y dividir las ganancias. Pueden surgir muchas complicaciones ya que cada divorcio es único, así que tómese el tiempo para comunicarse con su abogado, ya que serán invaluables durante este tiempo.
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